En textos anteriores, he insistido en que la investigación no debe considerarse fuera de la mutua complicidad entre la política y la epistemología. Investigar es una tarea para la emancipación social y epistémica. En una primera instancia se expone la temática sobre la subjetivación y la ciudadanía, para que la metodología no caiga en un sistema para receptar informaciones. La teoría permite clarificar la inmensa complejidad que contiene la experiencia y la práctica, pero no subordinándolas ni reemplazándolas. En esa perspectiva, he fundamentado a la experiencia como el sustento epistémico principal de las sociedades. No se platea un aporte desde instancias estrictamente de la academia universitaria y científica, sino que se desarrolla una propuesta de metodología etnográfica, sostenida en diálogos con diversidad de actores, organizaciones y movimientos sociales. Se desea trabajar a las etnografías como experiencias en diálogo, por tanto, en la articulación entre teoría y práctica.
En este trabajo no se parte de la sistematización de experiencias, que sin duda tiene una amplia riqueza etnográfica, sino de propuestas con mayor especificidad para la investigación cualitativa y el trabajo de campo. En esa dirección, se caracteriza los aspectos teóricos y metodológicos de la cartografía en experiencias etnográficas en América Latina.