Puede hablarse de metodología, entendida como “el modo en que enfocamos los problemas y buscamos las respuestas” (Taylor y Bogdan, 1984:15). Esta definición reconoce que son las ideas que el investigador tiene sobre la realidad social las que seleccionan las técnicas de investigación. Esto implica, además, que hay formas de enfocar los problemas y maneras de buscar las respuestas, es decir, que ante cada problema hay que emplear una metodología adecuada.
Tradicionalmente, la investigación social ha empleado metodologías cuantitativas, asociadas al positivismo, caracterizado por la búsqueda de explicaciones basadas en las causas de los fenómenos dados en una realidad considerada estable, la que es dividida en variables objetivas y cuantificables para producir conocimiento útil para el progreso, preferentemente especializado, de la sociedad.
El desarrollo de la investigación social dio énfasis al llamado paradigma cuantitativo a partir de sus concepciones de "explicación”, "predicción”, "control", los cuales comenzaron a perder su hegemonía y fueron reemplazados por los términos de "comprensión", "significado", y "acción", es decir se produce un quiebre de paradigmas, se da paso desde un "Paradigma Cuantitativo" a un "Paradigma Cualitativo", el cual se basa, en la comprensión de fenómenos o hechos. Es justamente esta la importancia "dar razón de los hechos”, lo cual caracteriza a este nuevo paradigma y a la tradición aristotélica en donde su premisa es la "Comprensión" por medio de la observación y así llegar a principios generales.
Como contraposición a este paradigma surgen diversas perspectivas motivadas por el empleo de técnicas cualitativas de investigación, que conciben una realidad dinámica en la que se dan fenómenos sociales que deben ser interpretados desde la perspectiva de los sujetos que los viven. Su orientación está en el proceso mismo de investigación más que en la obtención de resultados inmediatamente útiles, donde investigador y realidad se influencian y modifican mutuamente. No busca tanto la confiabilidad como sí la validez, es decir, que sus datos sean profundos y reales, a través de técnicas como la entrevista, la observación, los grupos focales, etc. Esto repercute en que sus resultados no pueden ser generalizados. Paradigmas basados en técnicas cualitativas son el interaccionismo simbólico, la fenomenología, la etnometodología y el existencialismo.