La enseñanza del derecho a través de las clínicas jurídicas de interés público es una metodología con pertinencia académica y social, que permite a los estudiantes y profesores a involucrarse en la realidad del derecho desde una perspectiva ética de solidaridad y compromiso con la transformación de los obstáculos que impiden el acceso a la justicia de las personas y comunidades más necesitadas, que se encuentran en algún grado de indefensión frente a las situaciones jurídico, políticas y sociales, que les impiden acudir a los medios y los procedimientos apropiados para la resolución de la problemática objeto de intervención.
Con la metodología clínica los estudiantes aprenden a investigar investigando, a trabajar en grupos interdisciplinarios, a interpretar las problemáticas y proponer soluciones y estrategias jurídicas, a partir de una comprensión compleja de las realidades complejas. Es el uso alternativo del derecho para operar transformaciones sociales y jurídicas no solo en las comunidades, sino en el ámbito de la enseñanza y la práctica del derecho.
El método clínico es una iniciativa para la enseñanza-aprendizaje del derecho, que se concibe como un continuum complejo que involucra diferentes elementos como el ser, el saber, el hacer y el saber hacer, mediante la acción-participación e involucramiento de los estudiantes y docentes en la praxis del Derecho; nos referimos a las diferentes formas y niveles de articulación de la teoría con la práctica de los saberes en las culturas jurídicas.