La mujer del Renacimiento, advierte Margaret King, se asemeja a un ser sin rostro; mientras un hombre podía ser príncipe o guerrero, artista o humanista, comerciante o clérigo, sabio o aventurero, las mujeres se definían por medio de identidades derivadas únicamente de su “estatus” sexual, es decir, podían ser madres, hijas o viudas, vírgenes o prostitutas, santas o brujas, María, Eva o amazonas (King, 1999: 261). Para King, la lucha de la mujer en aquella época para redefinir su lugar fue en vano puesto que al final del Renacimiento “la solidez de los papeles femeninos conformados en función del sexo se había reafirmado en la sociedad y en la cultura, y la condición de la mujer no solo no había avanzado, sino que había retrocedido”. No obstante, Peter Burke (1998: 68) señala que "El cortesano de Baltasar" de Castiglione se distingue de la tradición por presentar a las mujeres en un papel distinto del de madre, hija o esposa, es decir, roles derivados del estatus sexual. En este sentido, creemos conveniente anticipar que son justamente las intervenciones e interrupciones de un noble lombardo, Gaspar Pallavicino (quien emite las palabras elegidas como epígrafe), las que permiten entender el rol de “guías o musas de las discusiones” (1999: 295) desempeñado por las mujeres en el libro de Baltasar de Castiglione.
Si “toda la cultura cortesana cinquecentesca puede ser definida como productora de escena, o sea, como un sistema de representación que ofrece un espectáculo que se refleja en sí mismo”, debido a que “la Corte es contemporáneamente productora y espectadora” (Sforza, 2008: 26), nuestro objetivo es analizar de qué manera se lleva a cabo el espectáculo del diálogo y cómo se articula discursivamente su escena, es decir, en las palabras e interacciones de los personajes. T rataremos de pensar cómo opera esta suerte de “teatro de sí” propuesto por Castiglione en un espacio (textual) donde pese a que todos rían, son las mujeres quienes ordenan -en el sentido de organizar y, a la vez, de mandar, encaminar y dirigir hacia un fin- y proponen; y los hombres, quienes acatan y disponen.