El siguiente trabajo se propone explorar las percepciones y experiencias afectivas en torno a las modificaciones corporales en personas trans que se encuentran en un proceso de transición de género. Actualmente, las nuevas miradas conceptuales en las Ciencias Humanas que configuran los llamados "giro material" y "giro afectivo" se presentan como un insumo potente al momento de examinar las representaciones, percepciones y experiencias de los sujetos en la tensión materialidad-significación. Durante la década de los 90, en correlación con la emergencia de colectivos de activismo trans, en Argentina comenzaron a formarse grupos de profesionales especializados en el tratamiento hormonal y quirúrgico en mujeres trans (Farji Neer, 2018). Debido a los contratiempos intrínsecos a esta política de atención (obstáculos burocráticos, maltratos, exposición al sistema médico-judicial y posibilidades reducidas de acceso), las personas trans se veían compelidas a llevar a cabo estas modificaciones corporales de maneras auto-agenciadas en la clandestinidad (Berkins y Fernández, 2004). En este sentido, la Ley de Identidad de Género se erigió como un gran avance en términos de derechos humanos, ya que "no establece ni como requisito ni como ‘aduana’ el sometimiento a dispositivos psiquiátricos, jurídicos y/o médicos para acceder al cambio de sexo registral ni a los tratamientos quirúrgicos y hormonales" (Farji Neer y Mines, 2014: 60).Este escenario de debates y disputas políticas entre los activismos y el campo de la biomedicina a mediados de la década del 90 coincide con la irrupción en la academia de la producción teórica de Judith Butler. Sus aportes tempranos, fundacionales para el feminismo norteamericano de corte postestructuralista, se ubican bajo las coordenadas teóricas, epistemológicas y políticas del construccionismo social, donde la naturaleza no es más que el efecto de una serie de discursos producidos y vehiculizados por la biología, entre otros saberes-poderes. En este sentido, para Butler el sexo no se inscribe de manera incontestable en la realidad fáctica de los cuerpos y rehúye a su demarcación como punto de referencia privilegiado en la legitimación de las identidades. Partiendo de una crítica que busca problematizar lo propuesto por los enfoques que enfatizan en el carácter discursivo de los cuerpos y sus dimensiones sexuadas (de entre los cuales destaca particularmente la producción de Butler), una serie de intelectuales contemporáneas se proponen generar un diálogo fructífero entre las ciencias exactas y naturales y las teorías feministas y queer. Estas propuestas teóricas centran sus intereses en el aspecto material de los objetos, en particular, y en el mundo no-humano, en general, y problematizan los fundamentos propios de la modernidad a partir de la apelación a una perspectiva no sustancialista.