Una antigua perspectiva sobre la adquisición de la lectura indica que el proceso de aprender a leer comienza con la instrucción escolar formal. Contrariamente, la perspectiva más actual llamada “alfabetización emergente” o más recientemente “alfabetización temprana” considera que las conductas relacionadas con la alfabetización comienzan en el periodo preescolar y tienen impacto en la futura habilidad lectora del niño (Whitehurst & Lonigan, 2001). La alfabetización se caracteriza como una competencia que emerge gradualmente y no como un fenómeno de todo o nada. Se desarrolla en un continuo que comienza mucho antes de la escolarización formal en el que suceden procesos variados tales como el juego de lectura de un libro de cuentos preferido, el garabateo, el pronunciar palabras nuevas y la invención del deletreo (Teale & Sulzby, 1986). En este estudio, la alfabetización se define de una manera tradicional como una constelación de habilidades que comprende tanto las destrezas y conocimientos del lenguaje oral como del escrito (Whitehurst & Lonigan, 2001). La alfabetización temprana se define como las habilidades y conocimientos prelectores.