En las últimas décadas ha surgido una línea de investigación centrada en el concepto de expectativas hacia el alcohol (EA de aquí en adelante). De acuerdo con la definición clásica (Goldman et al., 1991), las EA son las creencias acerca de los efectos que el alcohol produce sobre el comportamiento, el estado de ánimo y las emociones. Estas creencias están presentes en los niños antes que tengan su primera experiencia directa con el alcohol (Dunn & Goldman, 2000; Hipwell et al., 2005). Diversos trabajos señalan que los niños más pequeños presentan más EA negativas que los más grandes y que una vez que los niños comienzan a experimentar con el alcohol al inicio de la pubertad, las EA se convierten mayormente en expectativas positivas y permiten predecir el comienzo de la conducta del beber (Catanzaro y Laurent, 2004; Dunn y Goldman, 2000). Los resultados encontrados en poblaciones adolescentes muestran una asociación entre las expectativas positivas y mayores patrones de consumo de alcohol (D´Amico & Fromme, 2001; Mackintosh et al., 2006; Randolph et al., 2006; Zamboanga, 2005). En nuestro medio, la falta de investigaciones en esta área puede deberse a la ausencia de instrumentos válidos y fiables para ser empleados con niños. En este contexto, se construyó el Cuestionario de Expectativas hacia el Alcohol para Niños (CEA-N; Pilatti et al., 2009) que demostró tener adecuadas propiedades psicométricas. Al respecto, se encontró una estructura de cinco factores que refieren a los efectos positivos y negativos que los niños anticipan del consumo de alcohol de las personas. Tanto el cuestionario global como las cinco escalas (sociabilidad, relajación, coraje, riesgo y agresividad y estados negativos) presentaron adecuados índices de fiabilidad. Para aportar evidencia acerca de la validez de criterio de este instrumento, se analizó la capacidad del CEA-N para discriminar entre niños de nuestro medio con diferentes experiencias de consumo de alcohol.
Método: Participantes: 209 niños con edades entre los 8 y 12 años (M edad= 10,34) asistentes a colegios públicos y privados de nivel inicial de las ciudades de Córdoba y Esperanza. Procedimiento: Para evitar errores producto de la dispersión o a dificultades de lectura y/o comprensión, con los niños de 8 a 10 años se trabajó de manera individual y con los niños de 11 y 12 años la administración fue colectiva. Instrumentos: datos sociodemográficos, reconocimiento de bebidas alcohólicas, Cuestionario de Expectativas hacia el Alcohol para Niños (CEA-N), experimentación con el alcohol y consumo de alcohol de los amigos.