Numerosos son los ejemplos de autores/as que a fines del siglo XX han seleccionado la reescritura como estrategia creativa consciente. El fin de la modernidad y el comienzo de la posmodernidad delatan ese rumbo estético en Europa y en América. Las creaciones narrativas de los siglos XIX y XX, son emergentes, a la vez que productoras, de espacios de representación, de la transformación, que implica aceptación y visibilidad de nuevos procesos instituyentes, en el pensamiento actual. Frente al orden simbólico dado –patriarcal– instaurador de los límites a partir de los cuales es posible percibir y pensar, determinante, por lo tanto de lo visible y lo pensable, se erigen escrituras que operan como «des-reguladoras», perturbadoras, delatoras de la mayor opresión: la de tener que expresarse en el lenguaje ajeno, y de la mayor miseria: la «miseria simbólica». En esta comunicación se intentará el examen de dos obras escritas en inglés: Jane Eyre, de Charlotte Brontë (1847) y Ancho mar de los Sargazos, de Jean Rhys (1966).