Hablar de los territorios na.cionales significa preguntamos acerca del proceso formativo del Estado Nacional y de las contradicciones que este contenía al albergar en un mismo espacio nacional estructuras descentralizadas y autónomas como las provincias y espacios centralizados y dependientes como los territorios nacionales. Bajo esta óptica los territorios reactualizan la vieja disputa. entre unitarismo-federalismo, llevándonos a repensar las estrategias adoptadas por la dirigencia política para justificar la existencia de los territorios y su compatibilidad con la organización republicana. Estudiar los territorios significa también inquirir acerca del proceso de construcción de la ciudadanía en Argentina a través de la existencia de dos tipos diferenciados de ciudadanos: los que portaban derechos políticos plenos (Capital Federal y las provincias) y los residentes en los territorios, verdaderos ciudadanos nominales con derechos políticos restringidos en razón de su lugar de residencia y de la incapacidad política que se les atribuía. Aquí la fórmula alberdiana inspiradora de nuestra carta constitucional se presenta con renovada vigencia y vocación de perdurabilidad. El estudio de los territorios constituye también un espacio privilegiado para observar los fines e intereses estatales, el funcionamiento de su burocracia y los mecanismos de reproducción de su metacapital específico.