La creciente explosión de la información a nivel mundial y en consecuencia el aumento del conocimiento , la búsqueda imperiosa de soluciones a los crecientes problemas globales cada vez más complejos y la urgencia por satisfacer necesidades múltiples, con mayor cobertura de los servicios educativos con excelencia técnico-pedagógica son algunos de los considerandos referidos a la profundización e inclusión de la estrategia de la Educación a Distancia hoy. También la demanda de la formación de la persona con niveles más altos de resolutividad para hacer frente a los problemas con una toma de decisiones cada vez más autónoma, y la versatilidad que brindan las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTI y C) que intervinculan datos/información con personas y grupos constituyen elementos para favorecer la posibilidad y vigencia de la modalidad.
Los problemas educativos contemporáneos reflejados en los múltiples diagnósticos que denuncian la incapacidad relativa de las ofertas educativas convencionales formales y no formales sugieren desde hace tres décadas o más que la estrategia educativa a distancia podría paliar (no solucionar) algunos de esos inconvenientes.
Los diseños educativos tradicionalmente inspirados en concepciones de aprendizaje (generalmente receptivos) y de la enseñanza (muchas veces en rutinas disociadas de la vida real y del mundo del trabajo) excesivamente dependientes de la presencia del educador en recintos establecidos y en tiempos rígidos se vieron sacudidos por la presencia de esta modalidad no convencional.