El auge editorial argentino iniciado en 1938 suele atribuirse al coyuntural eclipse de la industria española con motivo de la guerra y la primera posguerra civil, y a la presencia de empresarios peninsulares en las editoriales que dominarían el mercado: Losada, Emecé y Sudamericana. No obstante, también los intelectuales colaboraron en este proceso, no sólo como directores de colección, traductores o correctores, sino específicamente apuntalándolo con su producción ensayística. El objetivo de este trabajo es analizar una serie de ensayos, producidos entre fines de la década del 1920 y mediados de 1940, por intelectuales argentinos y españoles emigrados en Buenos Aires, en los que se articulan los tópicos de la unidad lingüística hispanoamericana y el desarrollo librero. Focalizaremos aquí aquellos aspectos en los que estos discursos sobre el llamado “problema de la lengua en América” revelan los fundamentos económicos de las creencias lingüístico-culturales que procuran instalar.