Al observar que mis alumnos de la escuela primaria mantenían una relación consumista con el deporte; y que a partir de allí se creaba discordia en el grupo; intenté comenzar a cambiar esa realidad, que responde a una determinada representación social de estas prácticas.
Comprendo que uno de los aprendizajes más complejos e interesantes en una práctica ludomotriz o en un deporte puede ser la lógica del juego; tema de base en esta experiencia.
La modificación de una conducta socialmente aceptada, como la recepción pasiva de un producto (o saber) y su posterior reproducción, es una tarea que puede ser abordada en forma directa desde su oposición: la construcción de los saberes. Claro está que los hábitus a partir de los cuales los sujetos producen sus prácticas fueron históricamente formados, por lo que no se puede pretender modificarlos o mejorarlos a corto plazo.