Como ya ha sido dicho en esta Mesa, una paradoja es algo que impresiona al pensamiento, que señala de alguna forma su imposibilidad; una idea sugerente en virtud de la tensión que envuelve. Precisamente por eso, también se ha sostenido que ellas contribuyen a poner en marcha al pensamiento.
En el presente trabajo nos ocuparemos de otra cuestión paradojal que atraviesa la enseñanza de la filosofía tal y como ésta es presentada en los libros de texto de la disciplina. Seguramente constituiría una osadía afirmar que esta paradoja a la que nos referiremos puede extenderse sin más a la enseñanza de la filosofía en general; sin embargo, tampoco debemos olvidar que los libros de texto constituyen piezas fundamentales en el desarrollo del curriculum y en tanto tales resultan lugares privilegiados a los que recurren los docentes para afrontar su práctica (Sacristan, 1997), cosa por la cual lo que a través de sus páginas se despliegue, resulta significativo respecto de aquella e, indudablemente, de mucho valor para reflexionar sobre sus posibilidades y sus límites.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)