Una de las cosas que podemos buscar en un filósofo no es tanto si estamos de acuerdo con todo lo que dijo sino cuánto nos desafía a pensar incluso contra él mismo. Este desafío puede consistir en buscar aquellas imágenes, conceptos y preguntas que el autor utiliza, para elaborar comprensiones de nuestra realidad. Entonces podemos aceptarla tal cual es, rechazarla en su totalidad o cuestionarla en algunos de sus aspectos. Pero a su vez podemos construirla. Elaborar un modo de comprender lo real y la historia, sin adecuarnos por eso a las reproducciones de las teorías que las despojan de sus contextos de producción, de sus explicaciones y sus errores; y que intentan además abordar la realidad, encorsetándola e imponiendo una definición determinada. Podemos así establecer relaciones y diferencias entre los escritos de un autor y las lecturas que otros (contemporáneos o posteriores) han producido sobre el primero. O tal vez indagar las relaciones de conflicto existentes entre los conceptos que aparentemente no evidencian dificultades en su definición y aquellas categorías que siempre presentan algo irresuelto, algo que nos desafía a seguir pensando, a releer, a debatir. En cualquier caso, ¿cuáles son las categorías irresueltas en Benjamin, o al menos cuáles son los conceptos que la reproducción en la enseñanza de esta teoría ha simplificado? ¿Qué es aquello que no se consume en la exactitud de la reproducción técnica? ¿El aura define solo un período histórico determinado, o por el contrario es un componente inherente a cualquier obra de arte? ¿Por qué se suele decir que la fotografía y el cine (como dispositivos propios de la reproducción técnica de imágenes) acaban con el aura?.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)