En este trabajo intento anotar algunos cambios que se avisoran e, incluso, se van consagrando, en relación al concepto de propiedad y señalar algunos problemas y cuestiones aún por resolver tratando de aportar soportes más o menos seguros para incitar una nueva concepción jurídica respecto a la naturaleza y a los distintos bienes ambientales. También pretendo llamar la atención sobre el rol fundamental que tienen las políticas gubernamentales en este camino puesto que muchos cambios culturales o de concepción jurídica solo se alcanzan con una orientación clara y decidida de parte del estado. En este punto, si bien trataré de sistematizar algunos progresos realizados desde el sector privado concientizado o conservacionista para con la naturaleza, entiendo que muchas veces esos esfuerzos no son valorizados por los estados ni apoyados o puestos como ejemplos a imitar. En tal sentido, participando de la idea que lo ambiental es colectivo y pregonando siempre el consenso y la participación como instrumentos esenciales para una gestión adecuada del ambiente, entiendo que la efectividad de cualquier acción de protección o conservación requiere, además, de una interacción aceitada de lo público y lo privado donde cada esfera de decisión o actuación debe ser o proponerse, al menos, ser correcta. Es decir, para la gestión ambiental colectiva se debe repensar tanto la relación del hombre y la sociedad con la naturaleza y en el campo jurídico repensar la relación de tipo dominial y apropiativa como también la relación jurídica en torno a los usos y efectos nocivos de las actividades humanas para con el ambiente, pero también es necesario repensar el rol del estado y el rol de los distintos componentes de la ciudadanía.