El objetivo del siguiente trabajo es mapear y sistematizar las discusiones en torno al uso de la pornografía en el seno del feminismo y los estudios queer en dos de los principales epicentros de discusión: Estados Unidos y España.
Desde mi perspectiva estas discusiones pueden leerse como disputas en torno a nociones, teorías y modelos de sexualidad legítimos e ilegítimos, normales y patológicos, buenos y malos. Siguiendo las ideas de Foucault podemos sostener que el discurso posee un carácter productivo, es decir produce nociones de sexualidad y a su vez tiene un carácter performativo: produce aquello que intenta explicar. A partir de allí se establecen verdades y falsedades respecto a las corporalidades, géneros y sexualidades. Los discursos feministas de las abolicionistas y las pro-sex establecen distintas verdades y falsedades respecto al cuerpo y las prácticas sexuales que son claramente antagónicas.
Este trabajo consta de 3 partes. En una primera parte se abordarán las discusiones a finales de los 70’ y los 80’ en Estados Unidos denominadas como Las guerras del sexo, entre las feministas que apelaban a las censura de la pornografía y quienes defendían la libertad de expresión. Una segunda parte explorará la emergencia de la teoría queer y sobre todo expondrá las reflexiones de Judith Butler respecto al carácter preformativo del género y los planteos de Beatriz Preciado respecto al sexo como tecnología biopolítica. Una última parte la cual da nombre a esta comunicación Caperucitas que devienen lobos dará cuenta del surgimiento de una pornografía disidente y alternativa, de otro modo de producción del placer a la luz de algunas representantes del movimiento postporno: Virginie Despentes, Annie Sprinke, Beatriz Preciado, María Llopis e Itziar Ziga, entre otras.