La multiplicidad de tendencias que ha tomado la historiografía castellana a partir del momento en el cual la obra de Alfonso X quedara inconclusa fue organizada por los investigadores de modos diversos; Gómez Redondo (1994) plantea una línea de evolución continua en la cual se suceden los modelos de la crónica particular (la cual da sus primeros frutos en época de Fernando IV con la Crónica particular de Fernando III) y la crónica real de tiempos de Alfonso XI. Por su parte, Leonardo Funes (2001) propone como hipótesis el surgimiento de otros focos de producción cronística de impronta nobiliaria –los cuales podrían haber surgido incluso antes de la muerte de Alfonso–, en los que se producirán una serie de textos historiográficos que funcionarían en paralelo con los movimientos de reacción en contra de las políticas centralistas del rey Sabio. Según Funes, estos textos llevan a cabo una reformulación del relato historiográfico, no sólo en el plano del contenido, sino también –y esto parece ser lo más significativo en la medida en que determina los modos de lectura y las 470 estrategias de significación de los contenidos históricos– en el plano formal, de modo tal que se evidencia un modo de narrar fuertemente fragmentario y episódico en el cual se tiende a resaltar el rol preponderante que la nobleza desempeña en la historia del reino. Una de las crónicas más interesantes que responde a este modo de configuración es la conocida con el nombre de Estoria del fecho de los godos, la cual consiste en la refundición de una serie de crónicas de menor envergadura, unidas de forma más o menos apresurada, dando lugar a lo que Hijano Villegas (2000) denomina “crónicas descoyuntadas”. Uno de los fragmentos que resulta más interesante es aquel en el que se narra el final del reinado de Fernando III y se extiende hasta 1288, año en que Sancho IV decide resolver de forma poco diplomática algunos entredichos que viene manteniendo con su principal enemigo, el conde Lope Díaz de Haro y apresar al principal aliado de éste, el infante don Juan. Dicho fragmento es conocido con el nombre de *Historia hasta 1288 dialogada, debido a la preponderancia del discurso directo que a simple vista puede apreciarse.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)