Las condiciones derivadas de la crisis orgánica desarrollan en el ámbito académico concerniente a la educación superior en América Latina y en los organismo que institucionalizan la educación, un fenómeno de ruptura que se instaura con el proceso neoliberal a fines del siglo XX Resulta un enmascaramiento revulsivo para el proceso de conocer arraigado en el ámbito científico. Sostiene la adopción de una formación profesionalizante y tecnocrática, se produce la idea de una tecnocracia eficiente, capaz lo que significa una mirada previa superestructural sobre el campo social. Las temáticas que se abordan coinciden en posicionarse en un marco referencial que entiende, como cuestión previa a cualquier investigación que la clase subsidiaria es portadora de una racionalidad que le es propia Lo más sorprendente de esa mirada es que creen advertir que los investigadores y académicos que se integran al paradigma hegemónico son portavoces de esa racionalidad. Así resignifican la autoimagen en busca de un valor positivo Este diagnóstico, requiere de instrumentos teóricos de transformación pedagógica porque la racionalidad de la burguesía con su tendencia a reducir la realidad a lo cuantificable, promueve la anulación del elemento sensible, el valor de la personalidad es reemplazado por leyes objetivas, en tanto el orden instituido, impone al hombre condiciones de producción que lo conducen a vivir en un mundo heterogéneo e incompleto al que percibe como sistemas parciales racionalizados, (Lukacs) contradicciones que se producen en el sistema educativo, que impregnan los contenidos curriculares, los planes de estudios, las estrategias metodológicas y didácticas, el régimen de evaluación, no escapando la propia arquitectura de los edificios dedicados a tal fin. Implicaciones del orden de la división social del trabajo en la educación sistematizada que intervienen obstruyendo la posibilidad de formación de sujetos con pensamiento crítico.