A partir de 1980, la enseñanza de la Técnica Vocal y la formación del cantante suelen plantearse desde un punto de vista funcional y multisensorial. Además de la reflexión sobre la conceptualización del instrumento vocal, los teóricos de la Pedagogía Vocal Contemporánea comenzaron a otorgarle relevancia a las interacciones de la voz con otros instrumentos. Por otra parte, y paralelamente al desarrollo de la Pedagogía Vocal Contemporánea, hemos asistido a una revolución científica en el área de las Ciencias Cognitivas. En el año 2002, Rabine planteó que, en el contexto de una clase de canto, la ejecución pianística puede colaborar o no con el desarrollo de la técnica vocal del cantante dependiendo del grado de comunicación empática existente entre ambas partes (Rabine, 2002). En este sentido, el descubrimiento del mecanismo neurocognitivo definido como simulación cognitiva corporeizada (Bergen, 2012; Gallese & Sinigaglia, 2011; Gallese, 2009; Pecher, Zeelenberg, & Barsalou, 2004) ha generado un gran avance en las investigaciones en el campo del entrenamiento técnico-vocal: si somos capaces de ponernos en la piel del pianista y activar los mismos sustratos neuronales que él activa en la ejecución efectiva, entonces es posible afirmar que las destrezas técnico–vocales que el cantante adquiera se verán modificadas por la interacción constante entre él y la ejecución pianística. En este artículo se profundiza en las bases teóricas que podrían sustentar esta hipótesis de trabajo indagando sobre el grado y el modo en que la ejecución pianística podría aportar elementos para el desarrollo técnico del cantante. Se hipotetiza además que la ejecución pianística podría reforzar significativamente el aprendizaje del canto y la realización musical desde diferentes perspectivas, desde la reflexión técnica de un tipo de fonación hasta su vinculación con la ejecución e interpretación de las obras.