El sentimiento de vacío de alma y angustia existencial que afectan parte importante de maestros de escuelas públicas paulistas y brasileñas, asociado con la crisis de sentido, que infiltra y traspasa la dinámica escolar, producen una sensación de fracaso profesional e impotencia que maniatan el proceso pedagógico. Los efectos de este vacío se manifiestan en el desaliento cotidiano en la sala de clases, en una didáctica alienada, en la dificultad en manejar las situaciones de conflicto, en el estrés, en la intensa producción de las enfermedades psicosomáticas, en la alteración de la dinámica familiar y social del profesor.