Desde el mismo momento en que es tomado prisionero -27 de enero de 1880- comenzó a cumplir su plan en forma ordenada, hasta quedar solamente con el indio Gavino y el entrerriano Melgarejo. En cuanto a su cautiverio, trató de prolongarlo lo suficiente como para permitir que el Ing. Bovio llegara a Neuquén.
Sabía Moreno cuan peligrosa sería la travesía en balsa, ya que los ríos a recorrer son muy caudalosos, sobre todo el Collón-Curá en época de deshielo, y presentan grandes escollos, numerosos remansos, olas enormes y zonas de poca profundidad donde se hace imposible navegar. Además la distancia era muy larga y la comida seguramente muy escasa. Pero el peligro no lo arredró; su preocupación principal era evitar todo rastro para desorientar a sus perseguidores y alejarse a gran velocidad en el momento de la evasión para estar distanciado lo más posible de los toldos cuando su fuga fuera advertida. Tras una larga odisea -siete días en balsa y dos a pie- el 19 de febrero de 1880 los fugitivos llegaron a Río Negro, en la confluencia de los ríos Neuquén y Limay, a un fortín cuyo oficial era el teniente Crouzeilles. La suerte los acompañó, ya que la misma tarde del día de llegada las fuerzas del fortín debían replegarse a Choele-Choel. A continuación se sintetizan los acontecimientos principales que tuvieron lugar desde el día fijado para la fuga -10 de febrero - hasta la culminación del esfuerzo, el 19 de febrero de 1880.