Nos referimos aquí a una serie de problemáticas que atraviesan la ontología política de Ernesto Laclau, y Jacques Rancière, dos pensadores identificables con esta corriente, por más que es dable a debate hasta dónde pueden homogeneizarse nominalmente aparatos teóricos tan divergentes.
Así, nos interesará rastrear las objeciones lógicas, epistemológicas, y políticas que tanto uno como otro lanzan sobre cualquier pensamiento sociológico que opere desde una metafísica de la presencia, desde el supuesto de una unidad posible del campo de la representación6, desde una mirada arquipolítca y/o metapolítica de lo político-social, avanzando sobre la concepción ontológica de ambos autores, y sus implicancias políticas. A partir de esto intentaremos pensar qué vínculo, o ausencia del mismo, entienden que existen entre la práctica crítica (teórica, sociológica) y la práctica política. Buscaremos señalar que, si bien ninguna perspectiva de este par de autores está del todo exenta de caer en supuestos riesgosos para la crítica sociológica, para toda sociología que se pretenda crítica; no por eso la anulan, ni mucho menos la reducen al modo relativista de una mera elección valorativa, o a un vulgar gusto estético entre tantos otros posibles. Finalmente, apuntaremos algunas apreciaciones sobre lo que entendemos es un retorno al lugar que debe ocupar por derecho propio el momento político como salto, apuesta, y riesgo respecto de la teoría social, y no solo su corolario práctico, buscando revalorizar el carácter ineludiblemente trágico de lo político.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)