Se presentan resultados y reflexiones sobre un experimento mental relacionado con la naturaleza de la luz, propuesto a estudiantes y profesores de diferentes edades, en funciones de planetario, clases universitarias y talleres de formación docente. El experimento requería imaginar una esfera metálica, en cuyo interior había una fuente puntual de luz blanca, sobre la cual se perforaron pequeños agujeros, discutiendo de qué manera variaría la intensidad de la luz proyectada sobre una pantalla por uno de esos agujeros, si se modificara la cantidad de agujeros en la esfera. Varias de las respuestas recogidas podrían interpretarse como si la concepción sobre la luz fuera la de una sustancia material, específicamente un fluido. Luego de citar modelos históricos y trabajos de investigación en educación que refieren a tal concepción, se analizan algunas situaciones físicas reales relacionadas con el experimento propuesto, discutiéndose sus implicaciones didácticas. Las conclusiones del presente trabajo, aunque significativas para el contexto en el que se desarrolló, son necesariamente insuficientes y muestran la importancia de profundizar en estudios similares sobre las distintas concepciones sobre la luz, ya no en sus aspectos clásicos (color, propagación, formación de imágenes, visión, sombras, etc.) sino en lo que respecta a su naturaleza más profunda.