La influencia de Wittgenstein en sociología tiene su origen en la obra de dos filósofos wittgensteinianos: Peter Winch (The Idea of a Social Science; Ciencia social y filosofía) y Georg Henrik von Wright (Explanation and Understanding). La mediación de estos dos filósofos, fundamental para la recepción de Wittgenstein entre los sociólogos, tuvo desde un comienzo el objeto de marcar los límites del positivismo en el interior de las ciencias sociales.
En esta contribución me propongo hablar de un punto de este proyecto que ha tenido una influencia considerable en este sentido: la diferencia de naturaleza entre describir empíricamente una práctica y practicarla efectivamente, es decir, la incompatibilidad entre el análisis conceptual y el análisis empírico de una práctica social. La formulación de esta incompatibilidad puede encontrarse en las observaciones que Wittgenstein hace a propósito de La rama dorada, de Frazer, en lo que Albert Ogien (2007: 55) llama “el rompecabezas de Wittgenstein”, en la enigmática frase “Si las pulgas elaboraran un rito, éste se referiría al perro”. La interrpetación de este aforismo plantea una dificultad esencial a las ciencias sociales que intentan un enfoque puramente empírico de los fenómenos sociales.