La formación universitaria es un camino de incorporación en comunidades especializadas, por lo tanto, es un proceso, donde además de adquirir conocimientos se llega a “ser como” (Feldman, 2013). El ingreso a la universidad implica el ingreso a una nueva cultura que requiere un trayecto de afiliación. La afiliación es el proceso por el cual un ingresante aprende el oficio de ser estudiante, es un tránsito de un estatus social a otro, de una cultura a otra. Este pasaje es complejo dado que la mayoría de las reglas no están explícitas, sino que son implícitas, y deben aprenderse en el “hacer”.
A pesar de que el curso de Patología General Veterinaria (PGV) transcurre ya avanzado el segundo año de la carrera, algunas características de los estudiantes hacen pensar que el proceso de afiliación intelectual aún no se ha completado. Como consecuencia, los estudiantes llegan al curso de PGV sin haber completado dicho proceso debido a la adopción de estrategias que les permitieron subsistir en el sistema universitario sin comprender las reglas del trabajo intelectual ni comprometerse con su propio aprendizaje. Es evidente que, como plantea Ortega (1997), han adquirido ciertas habilidades que les permiten acreditar (salvar obstáculos) y avanzar en la carrera, lo cual se evidencia en el bajo rendimiento en las evaluaciones finales, con un elevado porcentaje que sólo alcanza la nota mínima 4(cuatro). Este trabajo refleja la búsqueda de los docentes del curso por diseñar e implementar estrategias de enseñanza que logren favorecer la afiliación intelectual de sus estudiantes. Considerando la transición que representa el ingreso a una nueva cultura, y la responsabilidad que corresponde a los docentes de cada disciplina, de acuerdo a lo que sugiere Paula Carlino (2005), se propuso trabajar en relación a la alfabetización académica.