Nos ocuparemos de la traducción de libros-álbum –que plantean una doble lectura: del texto escrito y de las ilustraciones en un contrapunto–. Como este género suele destinarse a la primera infancia, genera una doble acepción en el concepto de lector adulto: quien lee para sí y quien le lee al niño. El traductor, por su parte, lee palabras e imágenes para sí, pero con el objetivo de retransmitir el mensaje a los niños de su propia lengua y cultura; y su traducción como producto sería esa lectura a los niños, pero también a los demás adultos mediadores.