La decisión político-estratégica de vincular el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación con el sector productivo durante el gobierno kirchnerista, abrió un nuevo escenario donde los actores privados tienen un rol central, como beneficiarios y destinatarios de buena parte de los mecanismos y herramientas creados por los organismos de ciencia y tecnología para tal fin.
Estos actores privados juegan con intereses propios y en una lógica que a veces excede al plano nacional - ya que se tratan, en algunos casos, de empresas insertas en el mercado regional o global. Es necesario entonces, analizar cómo se establecen estos vínculos entre el sector público y el sector privado;cómo se concilian los distintos intereses,ó, si no hay conciliación, cuál es la lógica que prima.
En este trabajo analizamos el caso del patentamiento del gen HB-4 entre un grupo de investigadores del CONICET y la empresa Bioceres S.A. Esto nos permite dar cuenta de los clivajes que se encuentran en la relación entre la política científica estratégica nacional y la lógica de acumulación privada. El patentamiento del gen aparece pues, como la resultante de este proceso donde se contraponen intereses y se expresan algunas limitaciones que tuvo la propuesta del gobierno kirchnerista.