La siguiente ponencia surge a partir de la experiencia de trabajo en una escuela primaria de gestión estatal de Berisso de doble escolaridad como co-cordinadora de Clubes de Lectura impulsados por la Biblioteca Popular Pestalozzi. La propuesta de dichos espacios es promover el acceso los libros, la lectura y la literatura a niños y niñas que asisten a la misma como un encuentro de apretura al placer e imaginación literaria (Fernández, 2006) Los Clubs de Lectura se desarrollan en la biblioteca de dicha institución o en el aula, durante el curso de la tarde a contra turno escolar. Acuden aproximadamente veinte estudiantes de cuarto grado, la docente a cargo, la bibliotecaria y otra trabajadora social con quien se coordinan las actividades. En el espacio-tiempo del “Club” se desarrollan diferentes prácticas literarias y lúdicas que abarcan lecturas efectuadas por las coordinadoras y/o las/os niñas/os de manera individual y/o grupalmente, conversaciones literarias, dibujos, canciones, susurradores, títeres o juegos. A lo largo de la experiencia, el acercamiento a la perspectiva de género, ha permitido reflexionar sobre las prácticas y sentidos que estructuran la socialización genérica en el ámbito escolar. Esto ha arrojado luz sobre los saberes de género que circulan (y se encarnan) habilitando (o no) la prácticas de lectura, donde se observan procesos de ordenamiento y diferenciación sexista, y lógicas escolares que se encienden ante lo socialmente identificado como “lo diferente” (Skilar, 2017). Permite indagar cómo se explicar y actúa ante lo definido heteronormativamente como abyecto, patriarcalmente insoportable e indescifrable. Pero que a su vez está ahí, convive ¿cómo se hace visible lo invisible e invisible lo visible? La siguiente presentación busca entonces compartir perspectivas de análisis y procesos de reflexión sobre diferentes prácticas que se han observado a lo largo la coordinación del Club.