En las últimas décadas surge en la Argentina una nueva forma de ocupación urbana de tierras y se inaugura una modalidad de producción del habitar de los sectores populares. Estas ocupaciones, denominadas asentamientos, son el resultado inevitable de la caída de la lógica igualitaria en la matriz social, un sello emblemático del proceso neoliberal que enmarcó por más de una década a nuestro país, y están constituidas por sectores vulnerados, muchos de los cuales sufren un proceso de empobrecimiento y desafiliación creciente.
El derecho a la vivienda adecuada exige a los gobiernos la adopción de políticas encaminadas a garantizar a todas las personas igualdad de acceso a las tierras, incluso a aquellos que no pueden conseguirlas por sus propios medios, y a protegerlas “contra los desalojos forzosos que son contrarios a la ley y proporcionarles protección legal y formas de ponerles remedio, teniendo en cuenta las consideraciones de derechos humanos.
En este sentido, las Mesas de Desarrollo Territorial constituyen en un dispositivo metodológico esencial en los procesos de actuación y definición de políticas. Son espacios de discusión, reflexión e intercambio de conocimiento que permiten un abordaje adecuado de las diferentes problemáticas que afectan la cotidianeidad del conjunto social de un determinado territorio. Un plan de acción sin conocimientos puede tener consecuencias negativas, por lo que las Mesas de Desarrollo Territorial habilitan instancias de enseñanza y aprendizaje que permiten superar formas de designar necesidades y satisfactores vertical y unilateralmente instalando, de antemano, el fracaso en la misma planificación de la política.