La práctica sociocultural de la lectura y la escritura no resulta privativa de ningún nivel educativo. El ingreso a los estudios superiores involucra la entrada a una comunidad discursiva -la académica- en la que al mismo tiempo, de acuerdo a la carrera que se haya elegido, se debe tener en cuenta la producción de conocimiento científico y el uso del lenguaje particular que ésta requiere.
Las transformaciones suceden y en muchos casos, existe una mayor distancia entre los requerimientos de la universidad como institución y las respuestas posibles de los ingresantes. En lo que refiere a la actualidad académica, se reciben nuevos y diversos públicos estudiantiles, pero se trabaja en muchos casos, pensando en un perfil de estudiante que se condice con representaciones del pasado, no con la heterogeneidad y la multiplicidad de prácticas que transitan.
En consonancia, la organización de lecturas y escrituras pensadas como una línea de tiempo universal revisa y fortalece el abordaje de textos seleccionados a partir de su contexto horizontal y vertical. Por esta razón, la presente ponencia se desarrolla dentro de una línea de trabajos exploratorios y reflexivos desde la perspectiva de la comunicación, proponiendo un abordaje de la problemática del proceso de enseñanza-aprendizaje y las prácticas de lectura y escritura en la universidad.
Específicamente, se subrayará la importancia de emplear recursos didácticos en el ingreso a la universidad, colocando el foco en las experiencias transitadas con lenguajes diferentes en el actual Taller de Lecturas y Escrituras I de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social. De esta manera, se entiende que las alternativas culturales y los discursos específicos para los jóvenes contribuyen a incidir en la heterogeneidad y la diversidad presentes en los espacios áulicos de dicho primer año de la universidad.