En los últimos años, ha crecido el interés en la obtención de nanopartículas a partir de polisacáridos tales como celulosa, almidón y quitosano, teniendo en cuenta que son compuestos biodegradables, de fácil obtención, bajo costo y no tóxicos. Estas nanopartículas se han utilizado para reforzar matrices poliméricas como películas y recubrimientos mejorando sus propiedades mecánicas, y recientemente se ha comenzado a estudiar su incorporación en emulsiones debido a que estas partículas sólidas pueden actuar como surfactantes y mejorar su estabilidad por efecto Pickering.