Partimos de la base de pensar que el “arreglar” música es un oficio. En todo oficio se ponen en juego habilidades desarrolladas a partir de la técnica, el uso de las herramientas, la experimentación, la creatividad y el sustento teórico.
El trabajo de los arregladores es relativamente nuevo en la historia de la música. El siglo XX se caracterizó por una vorágine creativa en los ámbitos académicos-eruditos y más aún en los “populares” o de trasmisión oral, que a su vez se fueron nutriendo y mezclando al punto de dificultarnos su distinción. En este contexto el repertorio musical mundial, principalmente el de raíz popular, creció vertiginosamente de manera exponencial año tras año, y con él, la necesidad de buscar nuevas formas de abordarlo e interpretarlo. Nace entonces el arte de “arreglar” obras musicales preconcebidas.
En este caso, la tarea del autor del presente trabajo, dirigiendo y arreglando para ensambles, conjuntos y grupos de estudiantes de diversos niveles de educación (primario, secundario y terciario/universitario) derivó en un compilado cuenta con más de 120 obras enteramente escritas para diferentes formatos vocales/instrumentales.
En el presente trabajo se reflejan las experiencias, estrategias y artimañas de un docente expuesto al desafío de escribir música para diversos orgánicos con integrantes de distintas edades, dentro de los cuales el nivel de los músicos/ alumnos también es dispar: algunos que consiguen leer música a primera vista e interpretar fluidamente las partituras tocando junto a compañeros que acaban de iniciar su relación con el instrumento y la lectoescritura musical.
En paralelo a la muestra, seguimiento y explicación de varias partituras modelo, se trabajan temas como: la elección del repertorio, la adecuación a las habilidades de los músicos, las estrategias de escritura musical, los recursos pedagógicos para encarar la interpretación del arreglo, las claves y pautas para el ensayo y presentación en concierto.
En lugar de puntualizar sobre los parámetros sustanciales de la música (melodía, armonía y ritmo), este trabajo estimula -en relación a “estrategias de escritura musical”- la reflexión y énfasis creativo en torno a la “textura”, como elemento fundamental para dotar de cierta impronta o identidad a los arreglos. Los elementos texturales, las “capas”, la figura y el fondo, los refuerzos, los contrastes y la sintaxis formal como conceptos ineludibles.
Finalmente, se intenta establecer un paralelo o comparación entre esta serie de arreglos para instituciones de enseñanza musical y otros realizados en el ámbito artístico profesional de la música popular argentina.