El Nivel Inicial es el espacio donde los niños y las niñas comienzan un largo proceso de socialización escolar donde van construyendo su identidad individual y social, y donde paulatinamente interiorizan las costumbres, hábitos y normas que la sociedad acepta como naturales. Las rutinas diarias en la sala del Jardín de Infantes, adoptan, casi de manera imperceptible, ciertas características, modos de decir, de intervenir, que reproducen los estereotipos de género esperables de varones y mujeres, según el imaginario social que imperaba en el momento en el que fueron creadas las escuelas para la primera infancia en Argentina.
En nuestro país, desde la creación de los jardines de infantes, las prácticas cotidianas tendieron reproducir una visión de género dual imperante en la sociedad de ese momento: un rol activo-productivo para los varones y un rol pasivo-reproductivo para las mujeres. Estas categorías se fueron transmitiendo de generación en generación a veces de manera inadvertida y otras con objetivos totalmente explícitos, las mismas se inscriben dentro de una cultura patriarcal de nuestra sociedad.
Es por lo expresado en el párrafo anterior, es que me propongo, a partir de mi trabajo de investigación, estudiar “las características que adoptan los estereotipos de género en las prácticas cotidianas del Nivel Inicial, a partir de una perspectiva en Derechos Humanos”.