En nuestro caso, el estudio de la Química Analítica nos plantea la posibilidad de encontrar respuestas a preguntas tales como: ¿Qué tiene una determinada muestra de interés? ¿Cuáles son sus componentes? ¿Qué cantidad hay de cada uno de ellos? ¿Cómo podría separarlos? Los contenidos de la asignatura se enmarcan en el aprendizaje y la enseñanza de métodos apropiados para responder a dichas preguntas. Sin embargo, muchas veces el estudio sistematizado de métodos y técnicas implica el desarrollo de cálculos engorrosos o múltiples y dificultosos pasos de aplicación práctica. Estas situaciones pueden generar un desinterés, apatía, desapego en el proceso de aprendizaje de los estudiantes.
Buscando construir un vínculo que permita la apropiación de los contenidos de un modo más amigable, es que surge la propuesta de realización de un Trabajo Práctico Especial, libre y optativo al final de la cursada que les permita poner en práctica los contenidos del curso. Esto ha despertado en los estudiantes una empatía y predisposición para el trabajo práctico especial inusual respecto a los contenidos curriculares específicos.
Se propone realizar una revisión cuali-cuantitativa de los Trabajos Prácticos Especiales realizados en los últimos diez años, comparar las temáticas de aplicación elegidas por los estudiantes y los procesos de enseñanza y aprendizaje puestos en juego tanto por los estudiantes como por docentes.