El fenómeno de la prolongación de la expectativa de vida, y la tendencia al envejecimiento poblacional, que conlleva a la coexistencia de diferentes generaciones en un mismo espacio social, interpela, a la par que diversifica, complejiza, renueva las modalidades de las relaciones intergeneracionales. Así, las polaridades clásicas que se piensan entre el posicionamiento tradicional de los adultos mayores, y las necesidades de participación de las nuevas generaciones, ponen de relieve la necesidad de repensar bajo cuáles representaciones del envejecimiento esas modalidades intergeneraciones se establecen, y qué significaciones novedosas emergen en esos diálogos.
El presente trabajo se propone, entonces, interrogarse sobre la temática, y abordarla desde las narrativas de los propios sujetos, como así algunos discursos circulantes en expresiones de los medios de comunicación.
Los tiempos actuales, plagados de “paradojas”, multidireccionalidad, vertiginosidad y diversidad en los cambios, presentan desafíos en el plano de la subjetividad y de los procesos de transformación cultural, social, tecnológica.
En el plano vincular, y en el marco de las configuraciones actuales de la familia, al persistir antiguas representaciones y expectativas, junto a otras más novedosas, también se producen incertidumbres, lo todavía no significado, que opera a la vez como desestabilización, pero también como motor de las transformaciones, y de nuevos emergentes de sentidos.
Se transforman las relaciones de generación pudiendo producir modos de ruptura, solidaridad, violencia y nuevas modalidades acordes a los nuevos requerimientos, en función de un trabajo psíquico que elabore los cambios y reconozca las transformaciones, intra, inter y transubjetivas. Por ejemplo, la abuelidad demarca longevidad, aunque la significación de esta función también esté en relación a las representaciones sociales sobre los distintos momentos del devenir (“ser muy viejo para…” o “ser muy joven para…”), a las representaciones de género, y la singular subjetivación de esa función.
Así mismo, desde las múltiples formas en que puede pensarse las relaciones inter y transgeneracionales en las nuevas configuraciones familiares ( situaciones actuales como los abuelos provenientes de culturas e idiomas diversos, la relación de abuelos y nietos tras el divorcio y segundas nupcias; y el lugar y función de los representantes de las familias de origen frente a la diversidad, en familias con parejas del mismo sexo, o familias monoparentales...) se cuestionarían los posicionamientos subjetivos posibles y conocidos, con respecto al lugar y función del envejescente en la familia, percepción del envejecimiento como proyección en los adultos jóvenes, nuevas modalidades en la relación abuelos-nietos, y en el sentido de transmisión.
Se propone pensar estas transformaciones, incertidumbres o contradicciones de sentidos no como obstáculos, sino como parte importante de las bases de las propuestas dirigidas a una mayor integración vincular y social de los adultos mayores, y a la producción y visibilización de otras nuevas representaciones del envejecimiento y de la vejez.